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Microfranquicias: forma innovadora de hacer negocios en el Perú

Viernes 27 de Septiembre del 2019

El Perú es uno de los países con mayor cantidad de emprendimientos en fase temprana a nivel mundial. Sin embargo, ocho de cada diez fracasan antes de cumplir cinco años de vida.

Por lo tanto, es natural que uno de los principales temores de los emprendedores peruanos sea el “miedo al fracaso”, que se ve traducido en una gran pérdida de tiempo y de dinero. Bajo este contexto, las microfranquicias aparecen como un modelo de negocio ideal para los microempresarios, pues requieren poco capital y es una figura de bajo riesgo.

En el Perú la primera franquicia que inició sus actividades fue Hertz en 1976, vinculada al negocio de arrendamiento de vehículos. En la actualidad el modelo de negocios se ha consolidado en distintos sectores, y prueba de ello son las franquicias de Kentucky Fried Chicken, Starbucks, McDonald’s, Pizza Hut, Burger King, Norkys, Pizza Hut, San Antonio, Colegios Pamer, Trilce,  Marco Aldany, Montalvo, Rosatel, Clean & Clean, Do It!, entre otras.

Si bien la figura fue pensada originalmente para acceder a grandes marcas internacionales, nada impide que una micro o pequeña empresa pueda emplear este modelo de negocio para expandir sus operaciones, naciendo de esta manera la microfranquicia. La diferencia entre la franquicia y la microfranquicia radica en que la primera implica una gran inversión, mientras que la segunda solo requiere un capital limitado.

En este sentido, se entiende por microfranquicia aquel contrato en virtud del cual el titular de una Mype (el microfranquiciante), otorga una licencia de la marca y del “Know How” del negocio para que otro microempresario (el microfranquiciado), bajo su propio riesgo, replique dicho modelo para explotar el mismo ramo de negocios del establecimiento del microfranquiciante a cambio de una retribución económica libremente convenida por ambas partes.

Este modelo de negocio es beneficioso tanto para el microfranquiciante como para el microfranquiciado. El primero goza de un sistema eficaz para la expansión de la colocación de los productos y servicios de una empresa que busca posicionarse en el mercado nacional utilizando el capital de terceros. Asimismo, genera una forma adicional de ingresos a través del denominado “canon de entrada” y de los “royalties”, que son un porcentaje de las ventas que deben ser abonados por el segundo periódicamente a su favor.

Por su parte, el microfranquiciante ve reducido el riesgo que implica desarrollar una actividad comercial por primera vez y de forma independiente, dado que el negocio ya ha sido previamente rentabilizado por el franquiciante, lo cual se puede constatar tomando como referencia la preferencia de los consumidores. Asimismo, no tiene que construir el prestigio de sus productos toda vez que puede explotar el prestigio de la marca concesionada por el microfranquiciante.

A modo de conclusión, este modelo de negocios es una solución para economías emergentes, pues requiere de poco capital y su riesgo es bajo, impulsando el crecimiento de las economías locales. En términos generales, la microfranquicia es un núcleo generador de riqueza y una cuna de inclusión de micro y pequeños agentes en el mercado.

Rafael Torres Morales – CEO de la Red Peruana de Negocios

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